domingo, 4 de noviembre de 2012

Historia del Estado Barinas

En la era prehispánica, el territorio de los llanos venezolanos fue habitado por grupos que llegaron desde la región amazónica por vía fluvial (probablemente Colombia o Ecuador).
La ocupación más antigua que se conoce ocurrió entre 300 y 600 A. C en los llanos de Barinas, quizás por ser uno de los menos afectados por las inundaciones periódicas de la región.
Durante los siguientes 1.200 años, estas comunidades se desplazaron desde Barinas hacia el norte de Venezuela y también recibieron la influencia de grupos procedentes del Orinoco. Entre las huellas que dejaron estos habitantes precolombinos se encuentran numerosos petroglifos de figuras geométricas, antropomorfas y zoomorfas y una compleja red de calzadas que se cree servían para desecar pantanos o controlar las aguas. Dejaron además un sistema de montículos que posiblemente tenía funciones de vigilancia, funerarias o de refugio para los períodos de mayor inundación.
Muchas expediciones procedentes de Coro, de Jorge Spira y Nicolás Federmann, para el año de 1534 se encaminaron al piedemonte andino y cruzaron el actual territorio de Barinas.
En 1542, Felipe de Utre procedente de Coro, visita Barinas, pero son rechazados por los indígenas Omaguas y Hutten resulta herido. Para el año 1547 se lleva a cabo la expedición de Alonso Pérez de Tolosa desde el Tocuyo, sin resultados en cuanto a fundaciones.
La historia de Barinas nos remite al año de 1576, donde el Capitán Juan Andrés Varela, uno de los expedicionarios de más larga trayectoria en la conquista de América, se trasladó desde la Ciudad de Mérida de la cual era residente, hasta las proximidades del llano, a fundar una ciudad comisionado por el Gobernador e Intendente del Espíritu Santo de La Grita, Capitán Francisco Cáceres.
El Capitán Varela eligió un sitio alto y abrigado de la parte montañosa, pero muy próximo al llano y con todo el ceremonial prescrito por la Leyes de Indias que se realizaba en tales actos, el 30 de junio de 1577 fundó en una meseta situada aproximadamente a 80 Kilómetros al este de Mérida, una ciudad que denominó Altamira de Cáceres.

Cronología de Barinas

  • En 1622 se transformó en Provincia de Mérida y La Grita.
  • A partir de 1676 se denominó Provincia de Mérida del Espíritu Santo de Maracaibo.
  • El 5 de mayo de 1811, se organiza una Junta de Gobierno, para representar la provincia de Barinas en el Congreso Constituyente donde son elegidos diputados, entre otros, Cristóbal Mendoza y su hermano Luis Ignacio.
  • El 17 de julio de 1823 fue dividida en dos provincias: Barinas y Apure.
  • En 1859 se convirtió en el estado federal Barinas’’ ( con el territorio de la antigua provincia de Barinas).
  • En 1862 pasó a formar parte, junto con Apure del estado Zamora.
  • En 1864 recupera su nombre, pero lo pierde nuevamente en 1866 cuando se creó el gran estado Zamora., con los territorios de Apure y Barinas.
  • En 1879 formó parte del estado Sur de Occidente, integrado por los territorios de Barinas, Cojedes y Portuguesa.
  • Entre 1891 y 1899 forma parte nuevamente del estado Zamora.
  • En 1900 forma parte del estado Apure que agrupaba los territorios de Apure y Zamora.
  • En 1901 vuelve nuevamente a llamarse estado Zamora.
  • En 1937 vuelve a ser estado independiente, como el nombre de Barinas, que le es ratificado en 1955.
  • Existe como estado federal desde 1859, pero no es sino hasta 1955 cuando se le reconoce su categoría de estado independiente.
  • Barinas, fue una de las primeras ciudades en apoyar a Caracas en su movimiento del 19 de abril de 1810 y fue también un bastión de los patriotas durante la guerra de Independencia, durante la cual perdió casi toda su población y riquezas.

Pueblos aborígenes

El territorio barinés estaba habitado por importantes pueblos aborígenes como los Apure, Aiture, Amaiba, Achagua, Baraure, Barranca, Canaguae, Capa Cúcuaro, Curagua, Caquetío, Curaye, Dásaro, Durigua, Guahibo, Güero, Orúe, Ticoporo, Michaye, Suripae, Toruno, Tobore, Tucurigua, Puyure y Variná, los cuales poseían una economía productora de alimentos basada en la agricultura y un importante desarrollo en el área arquitectónica.

Precarios inicios

Barinas fue en sus inicios una población de pocos habitantes, tal situación era producto del escaso desarrollo económico experimentados en aquellas tierras agrestes donde sus pobladores como señala Virgilio Tosta, llevaban una vida difícil, “preñadas de peligros". Estaban cerca de los terribles Aricaguas, y de los indios que habitaban los llanos, entre ellos los feroces Jirajaras. Este puñado de hombres, aprovechando la mano indígena, realiza esfuerzos para mejorar la economía. Además del maíz, iniciaron el cultivo de algodón para fabricar hilo, telas y mantas. De los ríos vecinos (Santo Domingo y Pagüey) extraían peces.
Tan precarias eran las condiciones de la ciudad que el mismo fundador, el Capitán Juan Andrés Varela (al transcurrir algunos meses), decide abandonarla y dejar de ostentar el cargo de Capitán General y Teniente de Gobernador de la Provincia del Espíritu y Alcalde Mayor de la ciudad de Altamira de Cáceres.
De igual modo algunos de los “primeros” pobladores empiezan a abandonar sus encomiendas como es el caso de Don Francisco de Villalpando, quien el 30 de Octubre de 1577 renuncia de manera formal a los derechos que se le habían concedido sobre 17 casas de indígenas.
De esta manera, no es de extrañarse que “antes de cumplirse la primera década de su fundación los vecinos de Barinas mostraron deseos de trasladarse a otro sitios” más aptos para el desarrollo de las actividades agrícolas y pecuarias.

Activación de la economía

Fue gracias al cultivo del tabaco y a la introducción de ganado vacuno (1579) que Barinas logró subsistir por más de 4 décadas en su primer asentamiento.
El cultivo del tabaco, fue estimulado, por los altos precios de contrabando, por el alto rendimiento obtenido, por la creciente demanda y por el conocimiento que los indígenas tenían del cultivo. Cuyos precios no eran del todo malos, ya que aumentaron progresivamente de 25 reales en 1606 a 62, 5 reales en 1613.

Calidad tabacalera

La producción tabacalera en Barinas, que por su manejo y conocimiento de la planta, fue de muy alta calidad, llegando a competir en España con los tabacos procedentes de Río Negro, Cumaná, Nueva España y Cuba.
Para 1621 y 1625 la producción de tabaco en Barinas oscilaba entre las 3.000 arrobas. El comercio de este producto lo realizaron al principio a través de las rutas que atravesaban el áspero y accidentado camino del páramo hasta llegar al puerto de San Antonio de Gibraltar, donde se pagaban los impuestos y derechos de Almojarifazgo.
Luego, se cambia la ruta comercial, pasándose ahora a los puertos de Moporo y Tomoporo, ubicados en la costa oriental del del Lago de Maracaibo, por lo que se ascendía por Calderas y Niquitao en tierras de Trujillo, hasta alcanzar el Lago, sin atravesar la sierra de Santo Domingo y recorriendo sólo un cuarto de legua de páramo.
Paralelamente los holandeses contrabandeaban el tabaco a través de barcos que remontaban el Orinoco y el Apure hasta la propia provincia de Barinas. El contrabando holandés llegó a superar el comercio colonial del tabaco con España. Las jarras holandesas de porcelana azul de Delft con las que se comercializaba el tabaco en Europa llevaban la inscripción Farinas, lo que venía a ser una deformación fonética de Varinas ya que, tanto en holandés como en alemán, la letra "V" tiene el sonido de la "F" castellana.
Es así como el tabaco realizó una especie de milagro, al convertir a una pequeña aldea en un nombre universalmente famoso.[6] Pero, si bien el tabaco fue de vital importancia para la vida de Barinas, éste no había contribuido aún al aumento de su población que para 1621 contaba apenas con 16 vecinos y 250 indígenas, repartidos entre 8 encomenderos.
Sin embargo, su cultivo junto con la ganadería, contribuyó a la expansión de la población hacia los llanos, mediante la formación de Hatos que irían a contribuir progresivamente en la conquista y poblamiento de éstos territorios. A éste elemento se le suma la presencia de la religión, con la cual se inicia la pacificación de los indígenas, especialmente de los frailes dominicos, quienes a través de su obra misionera establecieron diversos pueblos de doctrinas que servirán de antecedentes de numerosos pueblos coloniales.

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